El pasado viernes 12 de septiembre, dentro de las actividades familiares programadas por el Centro de Interpretación del Humedal de Salburua, ATARIA, estuvo como invitado y ponente al “Café-tertulia”, Oskar González Pujana, uno amante de la naturaleza y gran conocedor de nuestra tierra. Araba. Bajo el título de RINCONES SECRETOS DE ARABA, dio a conocer y nos invito a descubrir rincones, “pequeños espacios de una especial belleza y disfrute”, de nuestro territorio.
Algo más de una hora, alrededor de un taza de café, fue lo que duro la intervención de Oskar González Pujana, que nos habló de la hermosura y los retiros innegables de nuestra geografía, rincones seductores llenos de misticismo y diversidad biológica, que sin ser “grandes y espectaculares espacios naturales” tienen un gran valor agropecuario y patrimonial natural. “Pequeñas y medianas sierras, como las del Toloño, Salbada, Valdegobia, Elgea, montañas que nos posibilitan unas formidables jornadas de estancia en sus laderas y conquista de cumbres con bonitas vistas a otras provincias limítrofes”.
Fijo su mirada, como no podía ser de otra forma, en nuestra riqueza forestal en los bosques de hayas y robles, pinos y encinas que rodean nuestra provincia, lugares “poseedores de la frescura y elementos esenciales para la vida”, sitios que “encierran en ellos una variedad de fauna y flora tan diversa” que hace de nuestros bosques un referente.
Los desfiladeros y los barrancos tales como los de Okina, Igoroin, Río Purón en Valderejo o el barranco de Luna en Kuartango, así como el impenetrable barranco de Istora en la plena Montaña Alavesa, fueron parte de los argumentos del ponente entusiasta y versado de nuestro tierra.
Oskar nos invitó a descubrir refugios naturales, simas y cuevas, “preciosos rincones” como las cuevas del Monte Albertia, las de la Sierra de Altzania, Lezaun, Gobazpi, Laleze, Atxipi, la agujereada Sierra Salbada con una de las cavidades mas largas del estado “en plena exploración”. No se olvidaría de mencionar la sortilegio de los Goros en Huetos, la asombrosa Cueva de los Cristianos en la muga de Urbasa, la oculta Cueva de Inta en Kanpezu o la hermosísima de Gobaederra en Subijana.
Concluyó su intervención conversando de esas decenas de pequeños saltos de agua y cascadas que se reparten por Araba, espacios que son para él “joyas ocultas de disfrute visual y de paz”, como por ejemplo las geniales cascadas del Barranco del Molino en Arluzea, las salvajes de Délika, las elegantes de San Miguel el Viejo en Ayala, la de Herrerias en Bergantzu, la de Saseta en el río Ayuda o su favorita, “la más coqueta”, la de Aguake. De esta última no quiso desvelar su situación. A buen seguro que es porque allí Oskar González Pujana, se encuentra consigo mismo en más de una ocasión.