Durante los días 21 y 22 de septiembre asistimos al curso de la UPV que se desarrolló en el Palacio de Miramar: “Cómo afecta la violencia machista en las mujeres”. Durante los dos días tuvimos la oportunidad de escuchar a varias ponentes.
- Delicia Aguado Peláez: publicaciones a la violencia sexual en la ficción. Aradia Cooperativa – Investigadora y Socia.
- Nerea Barjola Ramos: Doctora en feminismos y género por la UPV-EHU
- Pilar Kaltzada González: Periodista y Asesora
- Maitena Monroy Romero: Centro de Documentación de las mujeres «Maite Albiz» – Activista Feminista
- Maria Rodó de Zárate: Universitat Oberta de Catalunya – Investigadora
- Irantzu Varela Urrestizala: Faktoria Lila – Periodista
- Samara Velte Moran: Berria – Kazetaria
- Laia Serra Perelló: Abogada en ejercicio, especialidad en: – derecho penal – jurisdicción de menores – violencia de género – derechos humanos – discriminación – libertad de expresión.
Comenzamos la sesión de la mano de Nerea (Doctora en feminismos y género por la UPV-EHU), con el Crimen de Alcasser de 1992. Comenta varias noticias que tuvieron lugar durante el suceso y se analiza el contenido de los titulares, que, aun pareciendo objetivos, echan la responsabilidad en las mujeres. Pone el ejemplo de uno de los titulares que salió: “La población de Alcasser quedará marcada por el crimen de Miren” como si la responsabilidad de ello fuese de la propia asesinada, señala Nerea.
A continuación, se analizan unos videos. Se trata de una campaña extranjera, en la que enseñan a las menores a evitar encuentros con desconocidos de la siguiente manera: un chico joven mayor de edad, chatea online con algunas menores hasta que las convence para quedar en la calle a solas. Se acude al encuentro, el chico les invita a entrar en su coche o furgoneta, y una vez acceden y entran se encuentran dentro del coche al chico y al padre de la menor. En este momento el padre comienza a reprochar a la hija lo que ha hecho, con el objetivo de que “aprenda la lección”, mientras ella se avergüenza y a su vez piden perdón una y otra vez. Resulta sorprendente como el castigo va dirigido a la menor, y en este punto Nerea concluye que el padre responsabiliza a la menor del acto, desde el paternalismo y a través de un aleccionamiento perverso, es decir, alecciona el cuerpo de la niña, reformula la situación e introduce el peligro del terror sexual, pero sin introducirlo desde el feminismo. El concepto del peligro del terror sexual es interesante porque según indica Nerea, describe cómo muchas representaciones ponen constantemente en cuestión nuestras actitudes, haciéndonos ocupar una y otra vez, el lugar del miedo.
Para ello Nerea emplea un ejemplo de este tipo de representaciones como la campaña “corta a tiempo”, la cual sugiere que la mujer es la responsable de lo que le ocurra y que en su caso, ha permitido, ha consentido ser asesinada. Campañas y mensajes que continúan cuestionado la actitud de la mujer: ¿te defiendes? Entonces te creo, eres víctima. ¿Te bloqueas y no te defiendes? Entonces te has dejado, no eres víctima. Nerea expone que frecuentemente se piensa en términos de luchar o huir, como si esa fuese la primera reacción frente al miedo, pero se olvida por completo que la reacción más normal ante una situación amenazante es congelarse, paralizarse y bloquease: que no haya gritado o salido corriendo y se haya sometido no significa que haya consentido. En esta línea, Nerea menciona otro tipo de campañas, las cuales se empeñan en cuestionar los actos de la mujer, y en su caso, si las mujeres no siguen las instrucciones que les mandan estarán corriendo un riesgo: “si tienes suerte y haces lo que hay que hacer no tienes demasiado peligro”.
En este sentido, Nerea describe como un desafío el cambio de narrativas y de discursos y la necesidad imperante de crear contra-discursos que cuestionen el discurso patriarcal, sus valores y realidades que han marcado toda una sociedad. Un ejemplo muy representativo: ¿Qué hacías a esas horas de fiesta? ¿Así vestida?, ¿qué hacías a esas horas tu sola?
Hasta este momento las referencias a La manada, el caso de los sanfermines, han sido numerosas, pero en este momento en especial se alude a la víctima y al cuestionamiento a la que se vio sometida. Tal y como apunta Samara (Berria – Kazetaria), a partir del suceso, en todos los ámbitos, a nivel social y judicial, se analiza la personalidad de la víctima, se profundiza en sus aficiones, sexuales y no sexuales, sobre su salud mental y tendencia o no a la depresión. Se hizo hincapié sobre su recuperación, si recuperó en pocos días su vida, sus clases universitarias y demás aspectos que hacen que se activen diversos esquemas mentales para hacer una interpretación sobre la realidad. Igualmente, Samara señala cómo se activan esquemas cuando escuchamos comentarios respecto a los hombres: “es que actuó por instinto”, “los hombres son más instintivos y una vez que empiezan ya no pueden parar”. En el caso de la manada, reseñable la importancia que se le dio a la identidad de la víctima, dejando el delito para después. La victima volvió a la universidad al poco tiempo, ¿eso significa que dejó de ser víctima? Tal y como apunta Maitena (Centro de Documentación de las mujeres «Maite Albiz» – Activista Feminista), las víctimas no son siempre débiles, dóciles y mal empoderadas, por lo tanto, es importante resignificar el concepto de víctima.
Todo esto, nos lleva a la reflexión: ¿Son estas situaciones de violencia algo excepcional? ¿Compartimos la definición del concepto de terror sexual que nos plantea Nerea B.? ¿De dónde vienen estos patrones de violencia?